“(…) no devenimos madres necesariamente cuando parimos al niño, sino en el transcurso de algún instante de desesperación, locura y soledad en medio de la noche con nuestro hijo en brazos. Cuando la lógica y la razón no nos sirven, cuando nos sentimos transportadas a un tiempo sin tiempo, cuando el cansancio es infinito y sólo nos resta entregarnos a ese niño que expresa nuestro yo profundo y no logramos acallar, entonces nuestra madre interior ha nacido.”

Laura Gutman

lunes, 15 de octubre de 2012

Casita de muñecas en una hora

Tarde de lluvia, sin muchas ideas, aburridas.
"Mami, si tuviéramos una casita de muñecas ..."
Manos a la obra (siento no tener fotos del proceso, pero estábamos tan afanadas que sólo nos acordamos de sacar fotos cuando la obra estuvo totalmente finalizada y orgullosas del resultado)
Buscamos una de esas cajas que almacenamos en el trastero, de esas que nosotras llamamos "cajas porsi" (de por si hace falta para algo). Encontramos una de un microondas ... perfecta!

Decoramos las paredes interiores con folios de colores diferentes, para separar ambientes, aunque al final quedó todo bastante unificado.



Empleamos juguetes, mueblecitos y decoración que tenía Aroa. Pero como no nos llegaban los muebles, utilizamos las piezas del Kapla y del ábaco de bloques (cuánto juego nos dan estas dos cosas, es increíble la cantidad de posibilidades que ofrece)

 

La casita consta de dos pisos:
- Planta baja: zona de cocina y comedor.
Podéis ver un frigorífico de "cristal" en la esquina izquierda, hecho con una cajita de esos bombones redonditos tan famosos.



Y con la tapa de esta cajita, improvisamos una encimera para poner cositas de comer, en la esquina derecha.



Os apetece un chocolate caliente recién hecho y un zumo? Para la mascota de la casa (el perrito azul de la derecha) también hay un excelente desayuno!

 

- Planta alta:
Es la zona del dormitorio. La camita hecha de piezas del Kapla.



Numerosos muebles para guardar ropa, complementos, etc.

 

Y como ya empieza a oscurecer más temprano, y las muñequitas querían dormir, hemos improvisado una luz en el techo con una pequeña linternita de papá.



Esta fue un éxito total. Aroa no paraba de mandar a dormir a las muñecas para estar a oscuras y poder encender la lucecita.

 

Una casita de muñecas que terminamos en 1 hora, pero con la que jugamos hasta la hora de cenar.
Nunca unas muñecas estuvieron tan a gusto!