“(…) no devenimos madres necesariamente cuando parimos al niño, sino en el transcurso de algún instante de desesperación, locura y soledad en medio de la noche con nuestro hijo en brazos. Cuando la lógica y la razón no nos sirven, cuando nos sentimos transportadas a un tiempo sin tiempo, cuando el cansancio es infinito y sólo nos resta entregarnos a ese niño que expresa nuestro yo profundo y no logramos acallar, entonces nuestra madre interior ha nacido.”

Laura Gutman

lunes, 2 de agosto de 2010

ESTÁ EL PROGRESO REÑIDO CON LOS CONOCIMIENTOS SOBRE MATERNIDAD?

(imagen: procedente de http://viajeaafrica.com/)

Pues esta es la pregunta que me he hecho ayer y sobre la que he estado divagando toda la noche.

Ayer hablaba por teléfono con una amiga que acaba de quedarse embarazada. Evidentemente las preguntas sobre el embarazo, la lactancia, el postparto, la crianza, etc no se hicieron esperar. Le aconsejé algunos libros, para que se quedase más tranquila.

Pero después de colgar, me pregunté cómo hacían nuestras antepasadas o, sin irnos tan lejos en el tiempo, cómo hacen las mujeres que todavía viven en tribus o clanes en lugares remotos, ajenas a los avances del resto del planeta.

En la era de San Google; de numerosas publicaciones dedicadas al mundo del bebé; de diversos pediatras, pedagogos, psicólogos, educadores que se aventuran a dejar plasmados en sus libros sus teorías, conocimientos, experiencias ...; de programas televisivos que pretenden dar respuesta a nuestras inquietudes y sugerirnos diferentes formas de afrontar el embarazo o la maternidad; en fin, en la era de la información. Pues jústamente por todo ello, las madres o futuras madres, estamos más desconcertadas y llenas de dudas. Cómo puede ser esto posible?

Pues, a mi modo de ver, creo que la culpa es la SOLEDAD y el exceso de INDEPENDENCIA hacia los demás. En esta era del progreso, cada familia (léase papá, mamá e hijo/-s) tienen su propio hogar, entendido como un recinto cerrado, ajeno a miradas externas. Y cuando los miembros de esa familia salen al exterior, lo hacen para hacer tareas propias del progreso, pero nunca o casi nunca, para criar a los hijos o compartir experiencias relativas a la maternidad.

En las sociedades que viven en forma de tribu o clan, las mujeres comparten su vida diaria juntas, comparten tareas, experiencias. No es necesario ningún libro, revista o programa de televisión porque constantemente están viendo como otras mujeres llevan un embarazo, cómo crian a sus hijos. En un clan nadie se pregunta si será mejor darle pecho o biberón, qué cuna les van a comprar a su bebé, de qué color pintarán su habitación, qué aparato comprarán para hacer los purés, qué hospital será mejor para parir, qué cochecito será más cómodo para su bebé ... Las futuras mamás reciben toda la información necesaria de sus madres, abuelas y vecinas. Cada mujer es un libro abierto, cada una con su expereriencia.

Sin embargo, la mujer del progreso y la civilización, está completamente sola. Vivimos sólas el embarazo, el parto (bueno, podemos tener con suerte todo un elenco de personal sanitario viendo tan emotivo momento) y, lo que es peor, el postparto. A cuántas mujeres durante el postparto no les hubiera gustado poder tener la compañía de otras mujeres en su misma situación, alguien que comprendiese por lo que están pasando, alguien que les ayudase en sus tareas diarias para poder dedicarse exclusivamente a su retoño, alguien con quien poder desahogarse. Pero no, nosotras buscamos el alejarnos, que nos dejen tranquilas.

Y llegamos a casa con nuestro bebé, desconociendo el modo de criarlo, porque cada persona nos dice una cosa diferente y, hagamos lo que hagamos, alguien nos dirá que lo estamos haciendo mal. Pasan las semanas y nuestra casa parece una leonera, entonces el agobio es todavía mayor. Después nos asaltan las dudas de porqué nuestro hijo llora tanto y no consigue dormirse en esa cunita tan preciosa (y tan cara) que le hemos comprado a juego con los muebles de su cuarto. Más tarde, nos molesta el que nuestro bebé, que ya tiene unos meses, siga demandando tanta teta, porque todos nos dicen que ya es hora de que la deje. Y otro tiempo después, nos volvemos a agobiar de que nuestro pequeño sólo quiera ir en brazos y no en esa silla de paseo tan moderna que no ocupa casi espacio en el maletero del coche y que nos aseguraron que era super cómoda.

Realmente, sí que es complicada la crianza de un hijo o, más bien, la hacemos complicada, porque ante nuestra soledad, ante la falta de información de quien lo sabe todo de primera mano, buscamos la información en los lugares equivocados.

Después de hablar con mi amiga, recordé el día que yo parí. También lo hacía una gitana que entró mascando chicle y salió con su bebé y el mismo chicle, como si nada. No quiso epidural (seguro que ni sabía lo que era), hablaba por los codos, gritó lo que le dió la gana y armó un escándalo cuando intentaban mirarla. Y, sin embargo, la sensación que tuve fue que para ella resultó mucho más fácil que para mí. Entonces pensé en cómo viven las gitanas: el CLAN, la TRIBU.

Da para pensar no?

5 comentarios:

  1. Buenísimo este artículo. Te he descubierto a través del blog de Mon.

    Es un placer para mí cada vez que encuentro a una nueva madre con la que comparto la forma de entender el mundo y la crianza:

    En eso estamos, intentando recuperar la tribu!!!

    A falta de tribu real (la ideal) intentamos por lo menos construir una tribu 2.0, donde sepamos que no estamos solas!!!

    Hagámoslo!!!

    Un abrazo muy fuerte!!!

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  2. Bienvenida a nuestra casita. Espero que estés a gusto y te encuentres como en la tuya.
    Me alegro de que te haya gustado mi artículo y, a ver si poco a poco, recuperamos esas tribus perdidas, aunque sólo sea virtualmente.

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  3. Llego a tu blog por el blog de Ileana.
    En Chile, estamos armando tribu también.
    un abrazo cariñoso
    leslie Power
    mamá de Camila 12; José 10 y Julián 1,5
    www.espaciocrianza.cl
    @powerlesliecl

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  4. Hola! Me ha encantado este artículo, yo también me siento parte de la cybertribu. Todo lo que he aprendido y aprendo como madre lo he aprendido de mi hija y de madres blogueras. Y casi todo lo que creí aprender de las revistas de bebés y de las webs tipo babycenter cuando estaba embarazada, resultó ser un error.
    Un abrazo, y a seguir creciendo!

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  5. Gracias por vuestras palabras.
    Lo cierto es que lo he escrito desde mi experiencia. Cada vez hay más gente por metro cuadrado y, sin embargo, estamos más separados que nunca. Y creo que esto es muy contraproducente tanto para ser madre, como para desarrollarse como persona, o como para otras muchas cosas en esta vida.
    A veces, analizando comportamientos, me da la impresión de que estemos renegando de nuestra condición humana. No os parece?

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