“(…) no devenimos madres necesariamente cuando parimos al niño, sino en el transcurso de algún instante de desesperación, locura y soledad en medio de la noche con nuestro hijo en brazos. Cuando la lógica y la razón no nos sirven, cuando nos sentimos transportadas a un tiempo sin tiempo, cuando el cansancio es infinito y sólo nos resta entregarnos a ese niño que expresa nuestro yo profundo y no logramos acallar, entonces nuestra madre interior ha nacido.”

Laura Gutman

viernes, 9 de septiembre de 2011

El comienzo del cole


Llevo tiempo (meses ya) contando los días para este momento.

Llevo tiempo dándole vueltas a muchas cosas, soñando cómo será ese día para Aroa, cómo será para mí. Y todo me ha llevado a la conclusión de que tengo miedo de mis miedos. Pero es que además, el universo no nos lo ha puesto nada fácil.
Me explico:
Tenemos un cole pegadito a nuestra casa. Pero debido al boom de niñ@s nacidos en el 2008 y debido a un estúpida norma de deshacer un desempate de puntos a partir de un sorteo de las letras del abecedario, mi niña se quedó sin plaza por tener un apellido que comenzaba por "G". Así que la matriculamos en otro colegio a media hora de casa (a pie, sin coche, sin transporte y con el tiempo lluvioso que tenemos por aquí). Un desastre! Sin embargo, algo dentro de mí me dijo que sería la mejor opción, el cole tenía buena pinta, y tal vez el universo queria que Aroa fuese a ese otro cole.
Sin embargo, a la vuelta de las vacaciones, y tras haber decidido durante el verano que yo no quería coche (me he dado cuenta de que sin él, tengo muchas cosas más que ganar, algún día tal vez os lo explique en detalle), el día 1 de septiembre me llaman del cole que habíamos solicitado al principio: un niño se había dado de baja y Aroa era la siguiente de la lista. Me costó decidirme, pero pensé que si se nos daba la oportunidad, sería por alguna razón. Así que les dije que sí.
Por ahora estoy contenta con la decisión: me gusta su profesora, me gusta el método de trabajo en el aula (sin fichas, aprendizaje a través del juego y la observación del medio, el aula dividida en zonas diferentes de trabajo para que l@s niñ@s vayan decidiendo qué actividad les interesa más, etc) y además, lo tengo pegadito a casa.

Otro miedo que me atormentaba era el tema de las siestas. Su cole es de jornada continuada. Pero Aroa, que para que le entre el sueño tiene que haber pasado un mínimo de 6 horas, no podría echar su siestecilla de después de comer, pues a la noche se acostaría demasiado tarde para luego poder madrugar.
Pero dejé de preocuparme: "ya habrá tiempo de pensar en alguna solución, disfrutemos del verano". Y así fue como, sin yo decidirlo, Aroa fue dejando las siestas y pasó a dormir más horas de noche. Qué sabios son l@s niñ@s! Qué fácil resulta todo cuando dejamos que la naturaleza siga su curso, sin intervenciones.

Y todo esto me ha llevado a estar un poco más tranquila con el tema del comienzo del cole. No puedo evitar tener miedo: si me echará demasiado de menos, si no le gustará estar allí, si su timidez será un obstáculo para que se adapte, si se sentirá sóla en medio de tanto desconocido, si se negará a participar en lo que hagan los demás, si pensará que mami no debería dejarla allí, etc. Muchísimos miedos que, como ya he dicho anteriormente, son mis propios miedos, pues yo era tímida como ella, pasé por momentos difíciles y por nada del mundo desearía que a ella le sucediera lo mismo.

Pero hoy, en vísperas de su comienzo del cole, creo que estoy tranquila, aunque a veces se me escapa algún oleada de nerviosismo. Estoy tranquila porque no sé lo que sucederá y tiempo habrá de preocuparse si surge algún problema, de nada vale pronosticar nada ahora. Estoy tranquila porque siempre que he confiado en mi pequeña, las cosas se han ido solucionando solas y se ha ido adaptando a las circunstancias. Estoy tranquila porque sé que su forma de ser también puede aportar cosas a sus compañeros de aula. Estoy tranquila porque la noto tranquila, preguntándome a veces cosas sobre el colegio, pero sin apariencia de tener temor. Estoy tranquila porque podré llevar a mi niña de la mano, despedirla con un beso, esperarla ansiosamente a la salida, recibirla con un abrazo de oso, y escuchar atentamente cómo me cuenta su nueva experiencia. Estoy tranquila porque esto forma parte de la experiencia de ser mamá, y no hay nada que más me llene que el hecho de ser madre.

El lunes os contaré cómo ha ido todo.

3 comentarios:

  1. Que bien que os hayan llamado del cole que esta pegadito a casa, va a ser muchisim mas cómodo. Espero que Aroa se sienta bien en el nuevo colegio y que la adaptación no sea muy difícil para ella. El lunes nos cuentas que tal... Muchos besos

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  2. Pues yo creo que al final el destino ha querido que vaya al cole cerquita de su casa, para llegar caminando tranquilas en un plis, sin prisas, y sabiendo que tiene a su mami muy cerca por si le hace falta. Deseo de todo corazón que la adaptación vaya bien, como mami tímida que soy y como mami de una nena también tímida (pero que cada día me sorprende más en su relación con otros niños, cosa que no tiene ocasión a menudo de disfrutar)
    Suerte!

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  3. Gracias por los ánimos.
    Ayer estaba tranquila, pero ahora mismo, con Aroa ya dormidita, me ha entrado una cosa por el cuerpo ... Esos nervios a lo desconocido, esos nervios que preceden a la espera.
    Lo bueno es que ella, por ahora, en ningún momento me ha dicho que no quiera o no tenga ganas de ir. Eso me tranquiliza todavía más si cabe.
    A ver mañana qué pasa!

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