“(…) no devenimos madres necesariamente cuando parimos al niño, sino en el transcurso de algún instante de desesperación, locura y soledad en medio de la noche con nuestro hijo en brazos. Cuando la lógica y la razón no nos sirven, cuando nos sentimos transportadas a un tiempo sin tiempo, cuando el cansancio es infinito y sólo nos resta entregarnos a ese niño que expresa nuestro yo profundo y no logramos acallar, entonces nuestra madre interior ha nacido.”

Laura Gutman

domingo, 20 de marzo de 2011

La razón de las cosas


A lo largo de estos 3 años de maternidad, me he dado cuenta de que las cosas (sean buenas o malas), siempre suceden por algún motivo, que no están sujetas al libre albedrío, sino que es necesario que ocurran para mantener un cierto equilibrio, para que todo encaje, para que aprendamos algo, etc.

Sin ir más lejos, muchas veces me he preguntado porqué mi parto no fue como yo esperaba: inducción, enema, oxitocina, epidural, rasurado, espisiotomía, etc, por no hablar del maltrato a que me he visto sometida en los días posteriores durante mi estancia en el hospital.
Salí de allí con ganas de olvidar, con ganas de llegar a mi casa y disfrutar de mi hija sin estar rodeada de batas blancas ni de visitas inesperadas. Salí con el convencimiento de que aunque mi parto no había sido el esperado por mí, todos habían hecho "lo correcto" en ese momento. Y, como dije antes, salí deseando olvidar "lo malo" de aquella experiencia, disfrazándolo con la típica frase "lo importante es que tengo a mi niña y ambas estamos bien".

Pero ambas NO ESTÁBAMOS BIEN. Algo se nos removía por dentro.

Yo, que era de las del cachete a tiempo, de la teta durante unos meses, de las de no coger demasiado a mi hija por si se malacostumbraba, etc, estaba actuando de una forma y, sin embargo mi corazón y mi hija gritaban a los cuatro vientos que algo no estaba yendo bien.

Ahora me doy cuenta de que mi parto fue así porque así debía de ser. Era necesario ese dolor y ese malestar para que yo comenzase una búsqueda. Mi cuerpo, mi alma, mi ser ... toda yo estaba buscando respuestas, aún sin saber exactamente cómo plantear las preguntas.

Y comencé por detenerme a escuchar a mi hija; a conocer en un foro a mamás con mis mismas inquietudes y a otras mamás que daban una respuesta diferente a la que me daban todos a mi alrededor; a leer "Bésame Mucho"; a entrar en un grupo de crianza y apoyo a la lactancia; a tener una pequeña biblioteca de libros que tratan la maternidad desde el punto de vista que, inconscientemente, yo había estado buscando; a hacer un curso de doulas y conocer su labor; etc, etc. En definitiva, que me encontré con mujeres con las que podía hablar abiertamente, sin tabús, de temas que llevaba dentro de mí y que con otras personas no podría hacerlo por miedo a que me tildasen de loca o algo parecido; y me vi rodeada de un círculo de mujeres maravilloso donde fluye una energía especial, donde por fin puedo decir que he encontrado mi sitio.

Así que SI. Las cosas suceden por algún motivo.

Y esto me lleva a preguntarme porqué es así?, qué es lo que hace que estas redes se tejan y entrelacen de esa manera?

Tengo una hermana con la que hablo mucho de estas cosas, pues ella me entiende perfectamente y llegamos siempre a puntos de encuentro comunes y filosofamos un montón. Ella es adventista, así que su razón para todo esto la encuentra en Dios. Y ayer, hablando con ella sobre su aborto, volvimos a llegar a un punto de vista común. Y me puse a pensar que si yo no tengo ese Dios para dar una explicación a estos movimientos de la vida, debía buscar el motor que mueve todo esto.

Tal vez sea nuestra consciencia, que crea una energía, una fuerza especial que lo entrelaza todo. Puede que el ser conscientes de lo que está pasando haga que esa energía esté siempre viva y todo suceda gracias a ella, pues si yo no hubiese sido consciente de lo que me sucedió y lo hubiese aparcado en un rincón, dudo mucho que me encontrase en el punto donde estoy ahora ... o tal vez sí?
Porque veo a muchas mujeres que no son conscientes de nada, que tapan los ojos o miran hacia otro lado. Entonces se desmorona mi teoría. Aunque por otro lado, también podría ser que fuese necesario que se diese esa inconsciencia, pues tal vez ese sea el modo en que las personas que sí la poseen muevan sus fichas más enérgicamente para que las cosas cambien, para que otras mamás lleguen a ser conscientes de lo que les pasa y lo que no, de que el personal sanitario emprenda un nuevo camino hacia el respeto por la madre y por el hijo, etc.

No sé si me estoy explicando o estoy mezclando un batiburrillo de ideas confusas. El caso es que veo en mi vida que, cuando todo parece desmoronarse y perder sentido, de pronto algo se mueve y zas! comienza a tener sentido y a encajar a la perfección. Y siento que esto no sucede por que sí, las fuerzas del universo deben estar ahí y tiene que haber algo que las mueva.

Recuerdo en mi época de instituto, en Física, cuando hacíamos cálculos para saber la fuerza con que se atraen los planetas. Esa fuerza era totalmente necesaria para que se mantuviese el equilibrio del universo. Si un planeta desapareciese, el destino de los demás se vería modificado.
Pues creo que aquí pasa algo de lo mismo. Las fuerzas de atracción entre los acontecimientos de la vida están ahí. Si algo cambia o falla, se produce el caos. Pero incluso así, tal vez sea necesario el caos para que la normalidad se restablezca.

Perdón por mis disertaciones, tal vez no se entienda nada. Pero después de una semana con una gripe descomunal, con una cantidad de mocos increíble que no me ha dejado ni pensar en qué pie debía ir cada zapato que me iba a poner, y tras una nueva reunión de nuestro círculo mágico de mujeres en casa de Patri, mi cabeza no ha dejado de dar vueltas y vueltas y necesitaba esparcir mis ideas.

Qué os parece? Necesito sugerencias y/o explicaciones. Alguien se anima?