Una tarde de invierno.
Una tarde de lluvia y frío.
Una tarde de chocolate calentito, bizcocho y unos cuantos pistachos.
Pero las cáscaras de los pistachos le resultan interesantes a Aroa.
Primero las contamos, hacemos filas, después las ordenamos haciendo dibujos sobre la alfombra.
Y acabamos haciendo un collage con ellas, además de unas hojas que habíamos recogido el día anterior en el parque. Y como no, pintura de dedos para darle su toque personal, así como rotuladores para dibujar unos cuantos animalitos y una seta.
Quién dijo aburrimiento?
Muy bonito. Me encantan las actividades que surgen de la improvisación. Saludos!
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