“(…) no devenimos madres necesariamente cuando parimos al niño, sino en el transcurso de algún instante de desesperación, locura y soledad en medio de la noche con nuestro hijo en brazos. Cuando la lógica y la razón no nos sirven, cuando nos sentimos transportadas a un tiempo sin tiempo, cuando el cansancio es infinito y sólo nos resta entregarnos a ese niño que expresa nuestro yo profundo y no logramos acallar, entonces nuestra madre interior ha nacido.”

Laura Gutman

domingo, 10 de junio de 2012

Echar a volar

Alguna vez os he comentado lo difícil que me resultaba dejar volar a Aroa, sobre todo durante el comienzo del cole este año. Por un lado, necesitaba que volase, que encontrase un espacio diferente al que había tenido hasta ese momento, y en el que se sintiese a gusto. Pero por otro, mis propios miedos, mi yo-niña, no se lo permitían. Y lo que yo pensaba que era amor de madre por protegerla, a veces se convertía en ponerle una muralla demasiado alta.

Pero finalmente, comencé a derribar parte de esa muralla, hasta dejarla a una altura no muy alta, para que no fuese imposible de saltar; y no muy baja, para que también conociese el esfuerzo que se requiere para alcanzar lo que hay al otro lado.

Y creo que, al fin, estoy dejando volar a mi pequeña.

Y si soy sincera, puedo afirmar que ha sido harto difícil. Difícil para mí, pues durante todo este tiempo mi niña se convirtió en el eje central de mi vida, llegando a veces a depender yo de ella y no al revés, incluso emocionalmente, y creo que eso llegó a asfixiarla bastante. Pero sobre todo, ha sido difícil para ella, pues no sólo ha estado intentando enfrentarse al mundo que iba descubriendo día a día, sino también al mundo interior de mami: un mundo complejo, lleno de inseguridades, temores, inquietudes, inexperiencia, miedo, ...

Pero, por circunstancias de la vida, por grandes mujeres con las que me he topado desde que soy madre, por situaciones que he vivido, por libros que han llegado a mí, por experiencias que me han ido llegando de otras madres, por "casualidades" que me han ido sucediendo y, sobre todo, por la llegada de mi hija, por todo esto y por muchas cosas más, he ido tomando conciencia de muchas cosas. Las casualidades han ido dejando paso a sucesos a tener en cuenta, a pistas para tomar decisiones, a respuestas a los miles de interrogantes, etc.

Y por todas esas circunstancias, y por la consciencia que cada día se expande más y más en mí, estoy dejando que mis propias alas comiencen a desplegarse.
Tan sólo asoman vagamente, porque han estado demasiado tiempo replegadas. Intentan abrirse tímidamente, con cautela. Porque lo que hay por delante, aunque con ganas de descubrirlo, es algo desconocido.
Pero tienen ganas de volar.

Y ahora que han dado el primer paso, siento que ya no hay marcha atrás.

3 comentarios:

  1. Anuska,

    me está ocurriendo lo mismo que a ti...

    Es curioso, lo único que nos faltaba para dejarnos caer y utilizar nuestras alas era creer que podemos hacerlo... qué fácil parece, qué difícil está siendo, cuántos años de sufrimiento nos ha llevado darnos cuenta...

    Besitos de Diana y Xavi.

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  2. A mi me cuesta dejarle volar... pero es cierto que son ellos quienes despliegan sus alas ante tí y te demuestran que están más que preparados y que lo necesitan.

    En cuanto a mí.... aún ni tan siquiera "quiero" ser consciente de mis alas, que sé que las tengo aunque no las quiera ver.... aún.... Pero ellas quieren desplegarse y aunque me resisto, creo que el momento llegará.

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  3. pues fijate que yo tengo dos y a quien menos dejo volar es a aron.... no se porque, me cuesta, me cuesta que se aleje de mi lado, que sea totalmente independiente, me gusta tenerle cerca....
    esto no quiere decir que a Noa la quiera lejos, pobrecita mia, pero es distinta a el, siempre fue mas independiente en todo, mas arriesgada al hacer las cosas, sin miedo a caerse, mas fuerte que el... son muy distintos y si que noto que a ella le doy mas libertad que a el, es raro jejej
    supongo que ella paso tanto en su corta vida que aunque parezca mentira la hizo mas fuerte, se cae y no se queja jamas,aunque le duela, nunca se queja y eso aunque a veces me hace sentirme fatal tambien me da la seguridad de que no tiene la dependencia total de mama como la tiene aron... quizas algun dia yo consiga tambien dejarle volar y dejarme volar a mi misma....

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