Cuando el alma empieza a imponerse al ego los procesos que se viven son intensos, todo lo que armamos hasta el momento se cae, se desestructura, el agua te inunda y solo toca entregarse a que la vida te lleve. En esa pérdida absoluta de poder del ego, esa renuncia impotente, radica el mayor acto de entrega y fe a la existencia.
(...)Hay momentos en este camino en el que todo parece derrumbarse y aquello que una vez tenía sentido deja de tenerlo. Es allí en esos momentos donde recordar el propósito que el alma trae, ser en la tierra el amor incondicional que es en el cielo, es lo único que de verdad sostiene el viaje. De lo contrario, qué sentido tendría para el alma vivir semejante experiencia.
(...)
Es un fragmento de una entrada que publica Carina Tacconi en su blog, La Educación Del Ser.
Os invito a leerla entera. Para ello, pinchad aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario