LA CASITA DE AROA
“(…) no devenimos madres necesariamente cuando parimos al niño, sino en el transcurso de algún instante de desesperación, locura y soledad en medio de la noche con nuestro hijo en brazos. Cuando la lógica y la razón no nos sirven, cuando nos sentimos transportadas a un tiempo sin tiempo, cuando el cansancio es infinito y sólo nos resta entregarnos a ese niño que expresa nuestro yo profundo y no logramos acallar, entonces nuestra madre interior ha nacido.”
sábado, 17 de agosto de 2013
jueves, 25 de julio de 2013
Bágoas en Santiago
Permitídeme que hoxe me exprese na miña lingua, para falar dos meus sentimentos neste día tan tráxico.
Hoxe, milleiros de persoas derraman as súas bágoas polos falecidos e os feridos no accidente ferroviario de onte en Santiago. Bágoas polos seus familiares, polos amigos, polos que estiveron a piques de ir nese tren.
Pero bágoas tamén pola solidariedade que se demostrou neses tráxicos momentos. O altruísmo das xentes da nosa terra, dos voluntarios, dos profesionáis en paro que voltaron traballar porque eles sí que fan o que realmente saben facer, por aqueles que deixaron as súas vacacións para prestar axuda. Por todos aqueles que doaron o seu sangue sen pensalo dúas veces.
Todos eles son os que verdadeiramente merecen ocupar os titulares das noticias nos diferentes medios, e non as visitas duns e outros políticos e autoridades que se achegan cos seus traxes para pasearse pola zona e, según din, ofrecer apoio ás familias.
A verdadeira axuda non se atopa nunha foto. Se queres axudar, non vés cun traxe, vés disposto a manchar as mans no que faga falla.
Hoxe foi un día estrano para mín.
Onte asistín a unha cea con mulleres incríbles, mulleres que me ensinan cousas sobre mín cada día. Chegaba á casa pasadas as dúas da madrugada, coa miña cabeza chea de pensamentos positivos, coas boas vibracións que lle quedan a un cando comparte momentos tan especiais coas persoas adecuadas.
Pero entón, escoito a noticia na radio. E as boas vibracións se esvaecen.
Foi un sentimento contradictorio, coma se non tivese dereito a estar rindo e pasándoo ben xusto no momento en que se producía o accidente. Coma se traicionase a toda aquela xente.
Sei que pode parecer unha estupidez, pero é así como me sentín hoxe todo o día.
Gostaríame que todo o mundo soubese que o verdadeiro significado do 25 de Xullo, día de Santiago de Compostela, quedou ben plasmado no comportamento exemplar de tódalas personas que comentéi antes.
O meu máis sinceiro pésame a tódalas familias e amigos que deixaron atrás a algún ser querido. E os meus desexos de pronta recuperación a os feridos.
Hoxe, milleiros de persoas derraman as súas bágoas polos falecidos e os feridos no accidente ferroviario de onte en Santiago. Bágoas polos seus familiares, polos amigos, polos que estiveron a piques de ir nese tren.
Pero bágoas tamén pola solidariedade que se demostrou neses tráxicos momentos. O altruísmo das xentes da nosa terra, dos voluntarios, dos profesionáis en paro que voltaron traballar porque eles sí que fan o que realmente saben facer, por aqueles que deixaron as súas vacacións para prestar axuda. Por todos aqueles que doaron o seu sangue sen pensalo dúas veces.
Todos eles son os que verdadeiramente merecen ocupar os titulares das noticias nos diferentes medios, e non as visitas duns e outros políticos e autoridades que se achegan cos seus traxes para pasearse pola zona e, según din, ofrecer apoio ás familias.
A verdadeira axuda non se atopa nunha foto. Se queres axudar, non vés cun traxe, vés disposto a manchar as mans no que faga falla.
Hoxe foi un día estrano para mín.
Onte asistín a unha cea con mulleres incríbles, mulleres que me ensinan cousas sobre mín cada día. Chegaba á casa pasadas as dúas da madrugada, coa miña cabeza chea de pensamentos positivos, coas boas vibracións que lle quedan a un cando comparte momentos tan especiais coas persoas adecuadas.
Pero entón, escoito a noticia na radio. E as boas vibracións se esvaecen.
Foi un sentimento contradictorio, coma se non tivese dereito a estar rindo e pasándoo ben xusto no momento en que se producía o accidente. Coma se traicionase a toda aquela xente.
Sei que pode parecer unha estupidez, pero é así como me sentín hoxe todo o día.
Gostaríame que todo o mundo soubese que o verdadeiro significado do 25 de Xullo, día de Santiago de Compostela, quedou ben plasmado no comportamento exemplar de tódalas personas que comentéi antes.
O meu máis sinceiro pésame a tódalas familias e amigos que deixaron atrás a algún ser querido. E os meus desexos de pronta recuperación a os feridos.
jueves, 13 de junio de 2013
"Amamantar, aprender, amar"
Mi querida amiga Mon, me ha ofrecido la posibilidad de que le contase mi experiencia con la lactancia materna.
Ha sido una experiencia maravillosa, pues me ha hecho recordar aquellos momentos con nostalgia, con ternura. Me ha hecho recordar momentos difíciles. Pero sobre todo, me ha hecho recordar todo lo que ambas (mi hija y yo) hemos aprendido.
Aquí podéis leer mi experiencia:
http://entremimosyjuguetes.blogspot.com.es/2013/06/amamantar-aprender-amar-por-anuska.html
Ha sido una experiencia maravillosa, pues me ha hecho recordar aquellos momentos con nostalgia, con ternura. Me ha hecho recordar momentos difíciles. Pero sobre todo, me ha hecho recordar todo lo que ambas (mi hija y yo) hemos aprendido.
Aquí podéis leer mi experiencia:
http://entremimosyjuguetes.blogspot.com.es/2013/06/amamantar-aprender-amar-por-anuska.html
domingo, 7 de abril de 2013
Sumando con pinzas
Aprovechando esta entrada del blog Aprendiendo Matemáticas, este fin de semana hicimos algo similar para ir adentrándonos en el concepto de descomposición de cifras y las sumas.
En nuestro caso, en lugar de emplear una bolsa y fichas, utilizamos la tapa de una caja de zapatos y pinzas de la ropa.
Dividimos la tapa en dos mitades, mediante una línea negra. Escogemos una cifra.
Colocamos en el interior de la tapa la misma cantidad de pinzas que representa el número escogido.
Las pinzas se irán colocando a ambos lados, con distintas posibilidades:
Y se irá anotando en un papel la descomposición mediante sumas.
En nuestro caso, hemos hecho desde el 1 hasta el 5.
En nuestro caso, en lugar de emplear una bolsa y fichas, utilizamos la tapa de una caja de zapatos y pinzas de la ropa.
Dividimos la tapa en dos mitades, mediante una línea negra. Escogemos una cifra.
Colocamos en el interior de la tapa la misma cantidad de pinzas que representa el número escogido.
Las pinzas se irán colocando a ambos lados, con distintas posibilidades:
Y se irá anotando en un papel la descomposición mediante sumas.
4 + 1
5 + 0
3 + 2
domingo, 17 de marzo de 2013
Tarde de bailarinas
Hoy traemos una manualidad que vi hace tiempo en algún sitio, no recuerdo dónde, y no sé si eran exactamente estos materiales.
El caso es que hoy me acordé, y nos pusimos manos a la obra.
Materiales que utilizamos:
- fieltro de colores
- cuentas de madera de diferentes tamaños
- limpiapipas de colores
- lana
1. Recortamos fieltros de varios colores para hacer la falda
2. Ensartamos las cuentas en un limpiapipas y colocamos otro trozo a modo de brazos (nosotras lo hemos hecho con limpiapipas, pero creo que la versión que había visto lo hacían con algún tipo de cordel o alambre)
3. Ensartamos los fieltros recortados
4. Doblamos el limpiapipas y cortamos para hacer las patitas
5. Añadimos detalles: la carita, un poquito de lana para el pelo, unas cuentas pequeñas para los pies, etc.
La versión de Aroa:
Y a jugar con las bailarinas ...
El caso es que hoy me acordé, y nos pusimos manos a la obra.
Materiales que utilizamos:
- fieltro de colores
- cuentas de madera de diferentes tamaños
- limpiapipas de colores
- lana
1. Recortamos fieltros de varios colores para hacer la falda
2. Ensartamos las cuentas en un limpiapipas y colocamos otro trozo a modo de brazos (nosotras lo hemos hecho con limpiapipas, pero creo que la versión que había visto lo hacían con algún tipo de cordel o alambre)
3. Ensartamos los fieltros recortados
4. Doblamos el limpiapipas y cortamos para hacer las patitas
5. Añadimos detalles: la carita, un poquito de lana para el pelo, unas cuentas pequeñas para los pies, etc.
La versión de Aroa:
Y a jugar con las bailarinas ...
domingo, 3 de marzo de 2013
Aprendiendo a coser
Estos días, estoy haciendo dos cursos en los que tengo que emplear bastante mi máquina de coser. Hace un año que la tengo, pero no sé porqué, siempre acabo cosiendo las cosas a mano.
No sé si es por que estos días la estoy usando más, o porque símplemente las ganas de aprender a hacer algo llegan de repente, sin más.
El caso es que Aroa me ha pedido que le enseñe a coser con la máquina.
Primero, como me han enseñado a mí en uno de los cursos, hemos hecho unas figuras con líneas en un papel, y luego Aroa ha cosido sobre ellas, sin hilo, para practicar con el pedal y practicar el seguir las líneas. (lo siento, no tengo fotos. Estábamos demasiado entretenidas)
Y después, hemos pasado a lo interesante: las partes de la máquina, donde se coloca la bobina, dónde está la canilla, cómo se enhebra la aguja y el recorrido que va haciendo el hilo, subir y bajar el pie del prensatelas, ... Todo le parecía interesante!
Y por supuesto, quería coser algo "útil". Le propuse hacer una cartera con fieltro.
Los laterales van cosidos con zig-zag, con distancia de puntada bastante corta.
En la tapa, una costura decorativa y el cierre con snaps.
Sencilla pero bonita. Y lo más importante, Aroa ha quedado encantada con el resultado y está muy satisfecha del buen trabajo que ha hecho.
Da gusto verles lo contentos que se sienten cuando aprenden cosas nuevas.
No sé si es por que estos días la estoy usando más, o porque símplemente las ganas de aprender a hacer algo llegan de repente, sin más.
El caso es que Aroa me ha pedido que le enseñe a coser con la máquina.
Primero, como me han enseñado a mí en uno de los cursos, hemos hecho unas figuras con líneas en un papel, y luego Aroa ha cosido sobre ellas, sin hilo, para practicar con el pedal y practicar el seguir las líneas. (lo siento, no tengo fotos. Estábamos demasiado entretenidas)
Y después, hemos pasado a lo interesante: las partes de la máquina, donde se coloca la bobina, dónde está la canilla, cómo se enhebra la aguja y el recorrido que va haciendo el hilo, subir y bajar el pie del prensatelas, ... Todo le parecía interesante!
Y por supuesto, quería coser algo "útil". Le propuse hacer una cartera con fieltro.
Los laterales van cosidos con zig-zag, con distancia de puntada bastante corta.
En la tapa, una costura decorativa y el cierre con snaps.
Sencilla pero bonita. Y lo más importante, Aroa ha quedado encantada con el resultado y está muy satisfecha del buen trabajo que ha hecho.
Da gusto verles lo contentos que se sienten cuando aprenden cosas nuevas.
sábado, 23 de febrero de 2013
"Conductismo: falsos mitos y carencias" - Ramón Soler.
Interesantísimo artículo sobre el conductismo en la crianza. Merece la pena detenerse a leerlo todo y pararse a reflexionar.
Podéis leer el artículo entero aquí. Sin duda merece la pena, no sólo este artículo, sino todos los demás.
En este contexto, donde lo que prima es el “ya” y el “ahora”, no es de extrañar que triunfe una terapia como el conductismo, que promete una rápida solución a los problemas de conducta y además, sin exigir un gran esfuerzo por nuestra parte.
(... ) Para encontrar una solución efectiva a nuestros problemas, debemos hallar su origen, profundizar en sus verdaderas causas y trabajarlas. Sin embargo, esto requiere más tiempo y, sobre todo, más esfuerzo personal y no todo el mundo está dispuesto a implicarse en su proceso de sanación. Buscamos la solución mágica, la píldora conductual que cambie lo que no nos gusta pero, sin tener que implicarnos emocionalmente en nuestro verdadero proceso de sanación.
Las técnicas conductistas se centran meramente en el síntoma, sin interesarse lo más mínimo por lo que sucede debajo de la superficie. Se utilizan los refuerzos y los castigos para provocar cambios relativamente rápidos en el individuo, pero con escasa consistencia a medio o largo plazo. Además, al no trabajar con la verdadera raíz del problema, lo único que logran estas técnicas es poner un parche temporal en la herida emocional, pero ésta, antes o después se reabre (por el mismo sitio o por otro) y el resultado final es que la persona sigue sufriendo.
Por fortuna, vivimos en el siglo XXI y las técnicas cognitivo-conductuales no son tan extremistas como lo eran hace unas décadas. Hoy en día, los métodos son más coloridos y aterciopelados que el brutal tratamiento que sufría Alex, el protagonista de “La naranja mecánica”, o la tortura a la que John Watson, padre del conductismo, sometió al pequeño Albert. Watson demostró que era capaz de inducir rápidamente una fobia a un bebé de menos de un año de edad. El procedimiento consistía en dar un fuerte martillazo mientras el niño jugaba con un ratoncillo blanco. El impacto, además de alarmar y asustar vivamente a la criatura, le provocaba un llanto desconsolado. En pocas sesiones, el niño asoció el miedo provocado por el estruendo del martillo, a la visión del ratón, con el mero hecho de ver al animalito, se le desencadenaban los mecanismos del llanto. También se comprobó que el niño había generalizado su miedo a cualquier cosa de color blanco. De esta forma tan poco ética, Watson demostró que podía manipular a su antojo a las personas. Posteriormente, dejó patente sus intenciones cuando dijo:
“Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger -médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón- prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados”
Aunque algo más suavizada, en la actualidad, la filosofía de fondo sigue siendo la misma: controlar y manipular de manera artificial el comportamiento. Muchos justifican su eficacia porque utilizando estas técnicas, en lapso de tiempo breve, se consiguen cambios muy llamativos. Desde luego, es innegable que se consiguen resultados, pero éstos son superficiales y poco duraderos. Además, como veremos más adelante, las consecuencias a largo plazo nunca compensan los aparentes beneficios inmediatos.
Usar este tipo de técnicas con adultos me parece una manipulación carente de ética. Utilizarlas para someter y dirigir a los niños, roza peligrosamente el maltrato infantil. Pretender que los niños obedezcan y sigan ciegamente todo lo que los adultos planificamos para ellos, denota una completa falta de respeto hacia la infancia y un absoluto desconocimiento de las necesidades y los procesos madurativos del ser humano. Ya he comentado otras ocasiones que, en psicología (y, sobre todo, en psicología infantil), el fin no justifica los medios. No todo puede estar permitido para conseguir que los niños hagan lo que los adultos deseemos.
Ante todo lo que he ido exponiendo, Supernanny (un ejemplo de conductismo que todos conocemos) podría argumentar que sus técnicas funcionan, que consigue que los niños se porten bien y obedezcan utilizando premios, castigos y economía de fichas (darles estrellitas cuando hacen lo que deseamos). En efecto, tras unas cuantas sesiones, logra tener a los niños comiendo de su mano, al tiempo que encandila a los millares de padres que ven sus programas. Sin embargo, en vez de congratularme por el resultado, todo este tipo de programas me preocupan y me plantean graves dudas, entre ellas: ¿por cuánto tiempo funciona su tratamiento? ¿alguien ha vuelto un año después a ver cómo siguen esas familias? Y, sobre todo, ¿qué pasa, a largo plazo, con las consecuencias negativas que estas técnicas conllevan para los niños que las han sufrido?
(...)
Las consecuencias del conductismo, a medio y largo plazo, son muy variadas y nada beneficiosas para la salud mental del individuo. Los niños que son forzados a reprimir sus emociones y cuyas opiniones no son tenidas en cuenta, aprenden que el respeto se impone por la fuerza y que existe una jerarquía de dominio y órdenes a la que deben someterse “por su propio bien”, porque, el de arriba, el que manda, conoce, incluso mejor que ellos, sus necesidades. Además, estos niños, carecerán de la empatía necesaria para una convivencia pacífica. A la larga, se convertirán en adultos sumisos, obedientes y poco propensos a expresar disconformidad con la autoridad (tal y como se les enseñó de pequeños), pero también serán incapaces de conectar emocionalmente con los demás y abusarán del más débil siempre que tengan ocasión.
Podéis leer el artículo entero aquí. Sin duda merece la pena, no sólo este artículo, sino todos los demás.
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