“(…) no devenimos madres necesariamente cuando parimos al niño, sino en el transcurso de algún instante de desesperación, locura y soledad en medio de la noche con nuestro hijo en brazos. Cuando la lógica y la razón no nos sirven, cuando nos sentimos transportadas a un tiempo sin tiempo, cuando el cansancio es infinito y sólo nos resta entregarnos a ese niño que expresa nuestro yo profundo y no logramos acallar, entonces nuestra madre interior ha nacido.”

Laura Gutman

lunes, 17 de diciembre de 2012

Cara a cara con mis heridas

Ultimamente suelo decir que soy una persona que funciona a base de "patadas en el trasero". Y esta vez, no ha sido diferente.
Y es que, en ocasiones, es necesario tocar fondo para que una persona se dé cuenta de quién es en realidad, de lo que quiere, de a dónde quiere ir, de quién quiere que forme parte de su proceso y quién no.
Y a ese fondo es al que yo llegué hace una semana, y de ahí mi entrada anterior.
Una persona, con poco significado en mi vida, tocó una parte de mi que todavía está sin sanar, esa herida abierta que no consigo cerrar, esa sombra que lleva conmigo desde mi nacimiento. Esa herida que se llama "no sentirse aceptada".
Esa persona se ensañó conmigo, tal vez porque nuestra visión de las cosas es totalmente opuesta. Y reabrió mi herida.
Y entonces, el sentirme atacada, el no saberme aceptada por ella, la impotencia de no poder hacerle entender que mis actos no eran nada personal contra ella, la imposibilidad de convencerla de que no soy tan mala como ella me quiso ver, todo eso me hundió.
Y sólo quise desaparecer, esconderme bajo tierra. Y sentí que había defraudado a alguien. Y senti que me había defraudado a mi misma.
Pero después, sobrevinieron una serie de acontecimientos que cambiaron totalmente mi visión.
Empezando por mi hija.
El domingo pasado, hundida, sin ganas de nada, y menos de trasladar mis sensaciones a mi niña, le expliqué en su cama, mientras nos acostábamos, mis sentimietos. Le pedí disculpas por no haber podido estar con ella como otras veces, por haber gritado algo más de la cuenta, por ignorarla demasiado. Le expliqué que desearía meter la cabeza bajo tierra como el avestruz Mari Luz del cuento que había leído  hacía unos días. Y entonces ella me dice que, al igual que en el cuento, donde unos animalitos tiran de la cola del avestruz porque a ésta le había quedado la cabeza atascada en su agujero, papá y ella tirarán de mi cola para que pueda salir de mi agujero. Qué sabios son los niños, y cuánto esfuerzo hacen a veces por sanar nuestras heridas!
El lunes, una charla muy especial con una amiga muy especial. A la noche, un concierto en Santiago de Compostela donde vi muchas cosas, entre otras cosas, una escalera que lleva hacia una luna inmensa. Y una voz en mi oído diciéndome: "the Moon and you". Unas copas en un bar llamado Momo, como ese libro que me marcó cuando tan sólo tenía 12 años, que supondría en mí un antes y un después en mi forma de ver el mundo....
Señales, muchas señales. Situaciones que para nada han sido casualidades.
Y de ese lunes, de todas y cada una de las cosas que viví ese día, saqué las siguientes conclusiones:
- que no puedo centrarme siempre en lo que los demás opinen o piensen de mi. Cada uno es libre de pensamiento, al igual que yo lo soy, y no puedo agradar a todo el mundo.
- que no me sirve de nada gastar mi energía en alguien con quien no comparto absolutamente nada.
- que cada uno tiene su proceso, y a mí sólo me corresponde ocuparme del mío. El que tengan que seguir los demás les corresponde a ellos y no puedo decidir yo cómo, cuándo y de qué manera han de hacerlo.
- que el tocar fondo, me ha hecho entablar una lucha conmigo misma, me ha hecho desprenderme de algunas de mis corazas y verme de frente.
- que esta situación traumática anímicamente, ha venido a darme esa "patada en el trasero" para que me diese cuenta de que tal vez estaba gastando demasiada energía en un proyecto y dejando de lado aspectos de mi vida a los que debo más atención (entre ellos, mi propia hija)
- que tengo que releer Momo, de Michael Ende.
- y sobre todo, que tengo que seguir trabajando en mi herida, que hoy, por suerte, tengo un poquito más cerrada.
Y todo este proceso, ha tenido su colofón ayer domingo. Reunión con mujeres maravillosas, sabias, conscientes, con una capacidad de escucha admirable. Un momento de terapia en toda regla.
Gracias a todas ellas por permitirme formar parte de un trocito de sus vidas.
Gracias también a todas aquellas personas, incluídas las que habéis comentado en este blog, que durante estos días me habéis ofrecido vuestras palabras sinceras, por los mensajes de ánimo, por el saber escuchar, por los abrazos, por los silencios compartidos, ...
Hoy, sin duda, tengo ansias de volver a volar.

Os dejo un fragmento de Momo, que siempre ha tenido un significado especial. Hoy, su significado cobra una dimensión especial en mí:
—Ves, Momo —le decía, por ejemplo—, las cosas son así: a
veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan
terriblemente larga, que nunca crees que podrás acabarla.
Miró un rato en silencio a su alrededor; entonces siguió:
—Y entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa.
Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace
más corta. Y te esfuerzas más todavía, empiezas a tener
miedo, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando
por delante. Así no se debe hacer.
Pensó durante un rato. Entonces siguió hablando:
—Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez,
¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la
inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada
más que en el siguiente.
Volvió a callar y reflexionar, antes de añadir:
—Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces
se hace bien la tarea. Y así ha de ser.
Después de una nueva y larga interrupción, siguió:
—De repente se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha
barrido toda la calle. Uno no se da cuenta cómo ha sido, y
no se está sin aliento.
Asintió en silencio y dijo, poniendo punto final:
—Eso es importante.

1 comentario:

  1. Muchos animos. Lo bueno es q has sido CONSCIENTE de que la cosa no podia seguir asi. Bss

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